martes, 26 de abril de 2011
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Suaves y ligeros se pasean por el borde de los cielos, observando en la inmensidad de aquella tierra sus infinitas riquezas. Aquello no era oro ni tampoco se trataban de joyas, menos títulos ni tampoco poder; solo eran ella y el disfrutando del placer de vivir. Siendo sinceros en cada segundo se disponían a conocerse, mientras que con el tiempo encontraban nuevas razones para amarse. Sin llegar a extremos dependientes se hacían personas más fuertes, corrían nuevos riesgos sin pensar en que cada uno podría significar un lamento en el futuro...
"Aunque sea una sola vez deseo arriesgarme a quererte tanto como sea posible, a amarte tanto como me lo permita mi corazón y a desearte tanto como lo quiera mi piel..."
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