Es la oscuridad de un anochecer, litros de brillo se observan bajo un añejo árbol que yace en el horizonte, es difícil saber que es lo que tanto brilla en la inmensidad de la noche pero mientras que me voy acercando se va haciendo mas claro. Se trataba de un pequeño niño que lloraba como si sufriera por mas de una persona, sollozos fuertes y gemidos de dolor se coleaban por sus labios mientras que sus pequeñas y fragiles manos se apretaban las ropas a la altura de su pecho. Deseando saber que le pasaba me acerque despacio para no asustarlo...
- ¿Qué tienes pequeño? -Le susurre en tono de consolación.-
- N-No es nada que pueda curarse, no es nada que le deseara a alguien más, solo quiero que se pase pronto, solo quiero que se pase ya...-Cantaba entre sollozos mientras que las lagrimas inundaban sus labios, sus ojos a penas abiertos, rojos de tanto llorar.-
Extrañada por la manera de hablar del pequeño y más al notar que cada cosa susurraba con una suave melodía tal cual obra musical.
- Oye pequeño, no se que es lo que tienes pero debes calmarte un poco, si? llamas la atención de toda la zona y los animales que habitan aquí podrían intentar atacarnos...-Dándole a penas cualquier razón para calmarlo me acerqué y me senté a su lado para que no temiera más.-
- Animales? -Dijo con una tierna expresión en su rostro, tan dulce que hasta provocaba abrazarlo y cuidarlo entre mis brazos...su rostro paso de descompuesto por sufrimiento a curioso y asustado a la vez. Sus ojos eran enormes y de color dorado, parecían dos reflectores mientras que sus mejillas rellenas y rojizas hacían de aquella criatura un ser adorable.- No quiero que vengan animales! -Dijo asustado, acercándose y abrazándome con fuerza como si yo fuera su hermana o madre.-
Yo estaba aun intentando asimilar lo que estaba ocurriendo pero finalmente me dedique a cuidarlo, mientras que aunque el permanecía callado sus lagrimas se escapaban sin querer de sus ojos y aquella expresión melancólica en su rostro se hacia presente de nuevo. El brillo que destilaba su piel era impresionante e intentando que no llamara mucha la atención le cubrí con un chaleco negro de cuero que llevaba yo en ese momento...
- ¿Cómo te llamas niño? -Le pregunte mientras que le acurrucaba con el chaleco.-
- Mi nombre es Pudín.
- ¿Pudín? -Dije sin poder evitar reír.- Dime en serio...¿Cual es tu nombre?
- Mi nombre es Pudín...-Me miró con algo de enojo al notar la manera en la que me reía de su nombre.- MI NOMBRE ES PUDIN! -Tal cual niño consentido se cruzó de brazos e hizo quel gesto tierno con los labios al cual muchos llamamos pucheros.-
- Ya ya...bueno...P-Pudín? -Dije intentano no reírme de nuevo.- ¿Por que estabas llorando?
- Yo lloraba porque lloraba, sufría por sufrir porque así es la vida y no tenia razón para sonreír...me encontraba solito y sin techo en este lugar donde nada ni nadie me queria hablar, brillaba y brillaba sin importar lo que hacia hasta que llegaste tú y sin que yo te lo pidiese te acercaste a verme...-Cantaba alegre mientras que se aferraba a mi brazo, yo completamente extrañada lo miraba raro como si fuera una especie de loco ya que volvía a sentir que formaba parte de una obra infantil.- Tu eres mi esperanza y por eso te canto, porque desde hoy yo te quiero tanto ~
C o n t i n u a r a ~
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